TEATRO ROMANO

 
 


POR UN USO ESCÉNICO

DEL TEATRO ROMANO DE MÁLAGA


MANIFIESTO DE ACUTEMA


Málaga es una ciudad del teatro. Desde los remotos tiempos en que se pusieron los cimientos y pilares del Teatro Romano de nuestra ciudad, o quizá antes, el teatro, la música y las artes escénicas han tenido un lugar de arraigo casi natural en nuestro suelo. Con el fin de los tiempos antiguos se perdieron muchas cosas y el Teatro Romano enmudeció, convertido en almacén de garum o simplemente olvidado y enterrado por el peso de los siglos. Pero su voz resurgiría mucho tiempo después: fueron los esfuerzos de unos pocos pioneros los que, pese a la construcción de la Casa de la Cultura, supieron rescatar los restos arqueológicos encontrados en su día. Andando el tiempo, los malagueños, con el concurso de muchos amantes del teatro, de dentro y de fuera, supieron incluso sacar partido de ese teatro roto y diezmado, reducido a un tercio de su extensión, pero aún vivo si se utilizaba como espacio de la música y la danza, del teatro y la ópera, de las artes escénicas de ayer y hoy. Y así fue como, gracias al impulso y mecenazgo privado de Ángeles Rubio Argüelles, con el grupo ARA enraizó en Málaga un riquísimo hervidero de actores y actrices desde los años cincuenta del siglo XX, que no cesó de producir espectáculos teatrales hasta principios de los años ochenta. Así fue como, cuando el patrocinio público lo permitió y se organizaron Festivales Internacionales en el Teatro Romano, las voces olvidadas de la tragedia y la comedia grecolatinas fueron rescatadas para nuestra ciudad y el silencio de las piedras de nuestro teatro se convirtió en un armonioso clamor de acordes y tonos, de ritmos, voces y pasos de danza que devolvieron el teatro grecolatino a su hábitat natural.

Hoy esa apuesta por el teatro en nuestra ciudad está más consolidada que nunca: con la ESAD y la Escuela de Danza, maestras de tantos profesionales que triunfan por todo el mundo; con un Festival Internacional de Teatro plenamente consolidado, cuya sede, el Teatro Cervantes, presencia cada año el estreno mundial o nacional absoluto de no pocos espectáculos; con la proliferación incontenible de grupos de teatro aficionados y profesionales de calidad probada en los escenarios del Teatro Cánovas, la Sala Gades o el CCP de la Diputación de Málaga, entre otros; con el surgimiento del Festival Juvenil de Teatro grecolatino, modestamente promovido por ACUTEMA. Con estos nuevos cimientos y sillares de la actividad teatral malagueña hemos construido entre todos en nuestra sensibilidad de espectadores un teatro hecho de pasión y de palabra, de emoción y de aplausos, pero también de sacrificios y esfuerzos, que no tardará mucho tiempo en retomar el espacio del teatro romano de Málaga y encarnarse en sus augustas piedras, recuperadas por los trabajos arqueológicos de los últimos años. El Teatro Romano volverá a ser, por fin otra vez, lo que no debió dejar de ser nunca: el referente natural malagueño para todos los amantes de las Musas.